Matsuzaka se convirtió en el único lanzador que supera a una selección cubana por tercera ocasión en los últimos cinco años al lanzar seis entradas sin carrera, con lo cual guió a Japón a un importante triunfo de 5 por 0, en el Petco Park de esta ciudad californiana
Daisuke Matsuzaka se convirtió en el único lanzador que supera a una selección cubana por tercera ocasión en los últimos cinco años al lanzar seis entradas sin carrera, con lo cual guió a Japón a un importante triunfo de 5 por 0, en el Petco Park de esta ciudad californiana.
Ayer se presentó en su forma acostumbrada, aceptando solamente cinco indiscutibles mientras dejaba a ocho rivales con el madero al hombro, sin regalar boleto y utilizando 86 envíos, de ellos 61 strikes y 25 bolas.
Dos ejemplos bastarían para hablar de su maestría. En la tercera entrada, con dos hombres en bases y dos outs, le propinó un ponche a Yosvany Peraza con tres lanzamientos: un cambio a 80 millas por hora, una recta a 92, para cerrar con curva a 76 que sacó de balance al cuarto bate cubano.
Y en la cuarta, con Leslie Anderson en el cajón de bateo, tiró una slider y luego dos rectas a 89 y 90, un par de cambios a 80 y 81 para poncharlo con el cutter —la llamada recta cortada—, a 90. Sin dudas, una muestra del arsenal con que cuenta Matsuzaka, una estrella del montículo.
Aunque el abridor japonés merece todo el mérito del triunfo, habría que apuntar que de las seis carreras de los asiáticos, tres tuvieron mucho que ver con el desempeño defensivo. En el tercer y cuarto episodios: las bolas que picaron en el jardín derecho costaron dos anotaciones rivales, y la del quinto mostró el poco alcance de nuestro torpedero. Y a la ofensiva la alineación no funcionó. Nuestro cuarto bate dejó cinco corredores en circulación. Lamentablemente Peraza consumió cuatro turnos: en el primero, falló con hombres en primera y segunda; en el segundo, no produjo con corredores en primera y tercera, y en su cuarta visita dejó a otro compañero, esta vez en segunda.
La selección del mentor antillano para abrir frente a la escuadra campeona del Primer Clásico fue el zurdo Aroldis Chapman, quien llegó a tirar una recta a 101 millas en el primer capítulo al tercer madero nipón Norichika Aoki. Pero la velocidad no lo es todo en el pitcheo y, después de salir airoso en los dos innings iniciales, soportó tres sencillos en el tercer acto que lo sacaron del box.
Al rescate llegó Norberto González, auque sin suerte: imparables de Aoki y Ogasawara completaron un racimo de tres que pesó una tonelada a través de todo el encuentro, en especial por la excelencia del pitcheo relevo rival. Iwakuma, Mahara y Fujikawa se repartieron una entrada cada uno, aceptaron dos indiscutibles y estrucaron a cuatro, sin regalar pasaportes de libre tránsito.
Por la lomita cubana —después de Chapman— desfilaron seis serpentineros, el mejor de ellos Yunieski Maya, una entrada y dos tercios sin jit, regaló una base y dio un par de ponches. Frederich Cepeda destacó en el ataque de Cuba con tres imparables en cuatro turnos, uno de ellos doblete. Por los ganadores, Ogasawara, el receptor Johjima y el camarero Iwamura, cada uno con dos indiscutibles
Al terminar el encuentro el mentor Higinio Vélez expresó: "que estén tranquilos en Cuba, el equipo saldrá mañana a darlo todo, este torneo es difícil ganarlo invicto", comentó. "Lo importante es que el espíritu de los muchachos no es derrotista, y se están preparando psicológicamente para el importante juego de mañana (hoy)".
Agregó que para Cuba es lo mismo Sudcorea que México, son dos grandes equipos, al que le toque, va a tener que sudar la gota gorda para vencernos".
Tuvo elogios para Matsuzaka. "Es un lanzador consagrado en el ambiente internacional, olimpiadas y Grandes Ligas. No perdimos con un desconocido, al contrario, perdimos contra un lanzador al que respetamos y admiramos, un gran pitcher"
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